domingo, 11 de mayo de 2014

LOS RETOS

Tabla simbólica: Olvido
Frankie se levanto ese día en que empezaba la rutina otra vez. Ya habían pasado las dos semanas de vacaciones. Frankie y Sydney se habían encontrado diferentes días de las vacaciones para acabar el trabajo. Este día había empezado mal para Frankie porque tenía que acudir a escuela. Esa semana Gibs no estaba en la ciudad y tendría que hacer el camino hacia la parada él solo.
Salió de casa todo triste, cabizbajo, pensando en la despedida de Sydney que habían tenido veinticuatro horas antes. Este día todo fue distinto, en la pendiente del Zigzag no habían pisadas, el buzón de la vecina estaba abierto, el perro amigo de Gibs esperaba su llegada y el famoso banco estaba vacío.

¿Què ha pasado? ¿ Acaso ha sido un olvido?



Tabla simbólica: Secreto


Frankie y Sydney se habían reunido después de clase en un parque para pensar de que iba a ir el trabajo que encargó el profesor A.Al salir del instituto Frankie volvió a casa para vigilar si el día de su madre había ido bien. Cogió un trozo de tarta dañada y se fue para reunirse con Sydney. En el parque se lo pasaron muy bien, estuvieron jugando en los columpios, hablaron en la hierba para decidir su proyecto y finalmente Frankie la invitó a un helado.

Aquella tarde Frankie lo pasó fenomenal y decidió contárselo a su madre.

- Mamá tengo que contarte algo- Confesó Frankie.
- ¿Qué te pasa hijo mío?- Preguntó su madre.
- Creo que ne gusta Sydney, pero no un poco sino mucho.- Explicó el chico.
- ¿Y que tiene de malo eso?- Preguntó la madre.
- Que ella alomejor no siente lo mismo por mí.- Sinceró el hijo.
- Frankie no te preocupes que el destino siempre acaba juntando a las persona que se quieren.- Contestó la madre.
- Gracias mamá pero recuerda es un secreto.- Respondió el chico.
- De mi boca no saldrá, es nuestro secreto ¿vale?- Juró la madre.
- Gracias.- Contestó Frankie.

Tabla leyes de Murphy: Todos mienten; pero no importa porque nadie escucha

Frankie y Gibs como un día cualquiera, en el autobús decidieron que si Sydney quería podían ir a su casa. A sydney le pareció bien pero, la presencia de su madre era lo que le preocupaba.  Frankie y Gibs le dijeron que no pasaba nada mientras estuvieran juntos. Al llegar a su casa se encontraron con dos niñas pequeñas. que jugaban a ser gatos. Las niñas eran sus hermanas. Su madre no estaba en casa, había vuelto a salir. Sydney toda enfadada llamó a sy nadre y no contestaba. En un mensaje le puso.

"Eres una madre muy mala, como puedes dejar dos niñas solas si que nadie las vigile. La pequeña se a quedado si respiración y casi se asfixia, suerte que ha llegado a tiempo sino ya no estaría aquí. Muchas gracias mamá."

Sydney les contó que siempre le escribia estas cosas a su madre. Frankie no podia dar crédito a lo que había pasado en esos momentos pero Sydney dijo.

"Todos mienten, pero no importa porque nadie escucha".





Tabla leyes de Murphy: La mayoría de las personas se merecen la una a la otra

Frankie cansado de guardar se secreto sin contárselo a nadie decidió decírselo a Sydney. El domingo Frankie cogió el autobús y se dirigió a casa de la chica, rogando que no se encontrara con su madre. Frankie empezaba a estar nervioso y todos sus pensamientos eran negativos. Al llegar a la casa de Sydney tocó el timbre y salió contenta.

- ¿Qué haces aquí?- Preguntó sonriente y lo abrazó. 
- He venido a explicarte una cosa que no se si lo puedo hacer.- Contestó Frankie.
- Cuenta no tengo prisa, entra a casa que hace frío.- Le invitó Sydeny.
- La verdad es que cuando te conocí me impactaste des de el primer momento y cada vez estamos más unidos. Somos muy amigos y nos queremos mucho pero yo no te quiero como una amiga.- Confesó el chico.
- A que te refieres Frankie, me has desconcertado- Dijo la chica.
- ¡Que me gustas Sydeny, me gustas mucho!.- Exclamó Frankie.
- ¡Ostras! A mí también me gustas pero ya sabes que yo siempre viajo y de aquí a un tiempo me iré por eso  no quiero encariñarme contigo. Lo siento.- Contó Sydney.
-Lo entiendo, pero yo quería contártelo porque ya no lo podía aguantar más.- Dijo el chico.
- Frankie, la mayoría de las personas de las personas se merecen la una a la otra pero entiéndeme. No es bueno ni para uno ni el otro.- Respondió la chica. 
Tablas leyes de Murphy: Nada se va para siempre.

Todo ocurrió en un día de lluvia, cuando Frankie se dirigía hacia la parada del autobús y vio que todo empeoraba. Gibs le contó que Sydney había aparecido hacía cinco minutos llorando y un porche la recogió. Frankie todo preocupado por la ausencia de su amiga decidió visitarla después de clase.

Cuando la campana de la escuela tocó el final de la última clase, Frankie salió disparado hacía el autobús. Hasta la casa de Sydney había una media hora y tenía que estar en casa antes de las seis. Al llegar a casa de Sydney salió llorando y lo abrazo al verlo.

- ¿Qué haces aquí?- Preguntó Sydney mientras lo abrazaba.
- Gibs me ha contado que habías llegado a la parada llorando y alguien te había recogido.  Entonces toda la mañana le he estado dando vueltas y no sabía que te ocurría. ¿Qué te pasa?-  Dijo Frankie.
- Mi madre me ha dicho que el fin de semana nos mudamos a Sídney y no me quiero ir. Quiero quedarme con vosotros.- Sincero Sydney.
- ¿Por qué hace eso tu madre? Está mal de la cabeza, nunca os puede dejar vivir tranquilas a tú y tus hermanas.- Protestó Frankie.
- No, ya sabes cómo es, dice que su  nuevo novio vive allí  y tiene que estar juntos.- Explicó la chica.
- Sydney no se qué decir pero si de verdad quieres quedarte aquí volverás algún día. Nada se va para siempre.- Consoló el chico.








miércoles, 7 de mayo de 2014

LAS MADRES EN NUESTRA VIDA

Todas las personas están influenciadas por sus madres. Pero hay gente que se ata mucho a ellas de forma exagerada y ven sus vidas dominadas por una figura materna, cosa que en la vida adulta puede producir varios problemas. El desarrollo emocional de la persona está modelado por la madre.


Stephen Poulter psicólogo y experto en relaciones familiares mencionó en un artículo de periódico: “Nuestras madres pueden ser nuestra primera experiencia de amor, pero dependiendo de su conducta, puede hacernos más necesitados, ansiosos, insaciables o depresivos, cualidades que impactan en nuestro éxito laboral y en las relaciones sociales”.












Se identifican cinco “maneras de ser madre”: la perfeccionista, la que actúa como una mejor amiga, la mamá “yo primero”, la impredecible y la madre completa.

Todas las madres tienen cuatro características que en alguna parte de nuestra infancia lo demuestran:

· Mamas miedosas: Cuando meten a los hijos en la cabeza que todo es peligroso y que siempre puedes correr riesgo. Las que más sufren estos errores son las madres chilenas. Los dos errores más comunes son; creer que todo tiene peligro y el segundo es manifestar el miedo al hijo. Esto es algo que al ser adulto tienes presente y se transmite a los hijos, por eso vivimos en una sociedad con miedo.


·   Los niños sobreprotegidos: En los adultos queda muy marcada. Las madres sobreprotectoras y excesivamente cobardes y temerosas, tienen hijos normalmente con enfermedades psicosomáticas.


·         Relación con hijos/hijas: La mayoría de los hombres son muy dependientes de la figura materna. Al ser adultos buscan mujeres dominantes que toman siempre la iniciativa. En cambio las mujeres no dependen tanto de su madre, una gran parte de las chicas no se llevan bien con su madre y si no es así en algún momento hay una especie de rivalidad entre ellas.


·         Las madres no dejan que sus hijos sufran: Cuando los hijos se encuentran mal o les duele algo, la madre sufre más que los hijos y les dan medicamentos. Esto provoca algunos problemas cuando son adultos.


Entonces la persona con la que compartimos la vida es quien nos hace tener una actitud u otra.  ¿Las madres nos manipulan?



QUERIDO DIARIO

Domingo 8 de abril,
Querido diario, el viernes en el colegio hicimos unas actividades muy divertidas. Celebrábamos el día del trabajo y como no los chicos del instituto tuvimos que ir con alguna persona próxima a nosotros para trabajar con ellos. Yo fui a trabajar con Louie, me lo pase fenomenal. Me explicó todo los pasos que teníamos que seguir, él recoge los restos de fábricas y empresas grandes. Ese día no hicimos muchos viajes pero toda la mañana trabajamos.  Después de mi duro trabajo nos fuimos a comer a mi restaurante favorito y hablando de nuestras cosas.
Quiero que Sydney me cuente como le fue ese día. Ella trabajó de ayudante de mi madre. El viernes cuando llegue a casa ya se había ido y no pude hablar con ella. A Guibs no se cómo le habrá ido, porque estaba muy enfadado. Le toco trabajar en una biblioteca y jardinero. A él no le gusta leer y menos trabajar con plantas, porque él no tiene paciencia y para eso se necesita.

Mañana es lunes y tenemos colegio solo que mis compañeros se van de camping. Por suerte no me quedaré solo, Sydney tampoco va. Su madre no se lo puede permitir y tampoco puede dejar a sus hermanas solas, su madre no se ocupa de ellas. Yo no voy porque estoy preocupado por mama, nadie le hace caso salvo yo. Solo me preocupo yo por ella, es una responsabilidad que tengo asumida desde que volví a casa. Espero que mañana sea un día tranquilo.


Martes 25 de mayo,
Hoy ha sido un día muy extraño, cuando yo y Guibs hemos llegado a la parada del autobús nos han contado que Sydney había estado aquí pero un porche se la había llevado llorando. Yo me he quedado sorprendido ¿Qué le habría pasado? Guibs como siempre se ha sentado para almorzar sin ninguna preocupación y yo allí sentado pensando en Sydney.
Al colegio tampoco ha asistido y entonces me he preocupado de verdad. Al salir de clase he ido a casa de Guibs y hemos jugado con sus soldados de plomo. De repente ha notado que estaba raro y le explicado lo que me pasaba. Él es el que me ha convencido para ir a verla. He salido deprisa para su casa, he tenido que coger dos autobuses y caminar un cuarto de hora.
Al llegar a su casa me ha abierto la puerta llorando, yo preocupado le he  preguntado que le pasaba y me ha dicho que su madre le había confirmado que se volverían a mudar. Eso me sentó como una patada en el estomago y los dos nos hemos quedado abrazados en las escaleras de delante su casa.

Martes 16 de junio,
Querido diario, llevo un par de días que no como y salgo de mi habitación. Estoy en este estado desde el otro día, cuando Sydney me dijo que se iba a ir. Ese día nos peleamos tres veces: la primera por su madre, la segunda vez fue porque se iba del pueblo y la tercera fue por el final de nuestra historia que teníamos que hacer para el colegio. Quedé con Sydney para acabar el trabajo no discutir.
Hoy ya estoy mejor, he ido a cada de las tías y Alma me ha consolado. Hace una hora he hablado con mama. No sé porque tiene miedo a salir a la calle, tuvo una depresión y me dejó solo. Pero ahora estamos unidos, mama tiene que superar su miedo, igual que yo, con lo de Sydney.
Papa y Louie me han intentado animar estos días, incluso Gordana. Estoy muy agradecido por ello. Tengo ganas de ver a Louie, puede ser que lo vaya a ver mañana porque la última vez que lo vi fue en una cena con las tías y el día del trabajo, cuando fui con él. 
Alma me ha dicho que soy un pájaro poco común, es decir, raro. Me gusta ser diferente a la gente igual que Sydney, ella no viste como las niñas de nuestra clase. Me acuerdo del primer día que la vi, con esas rastras y piercings en las orejas y la nariz. Daba miedo pero en el fondo es una buena persona. Creo que sobre lo del final de la historia tiene razón, hay que hacer dos finales. Uno triste y otro alegre para que el lector pueda escoger. Mañana iré a su casa, le pediré perdón y acabaremos el trabajo a su gusto.
Tengo la sensación de que mañana será un día mejor.



sábado, 3 de mayo de 2014

SI FUERA...

Si la novela fuera una película, escogería la película de “La vida de Pi” para representar el libro. Porque tanto en la película como en la novela se muestra una amistad, aventuras y sobre todo en las dos el protagonista trata de descubrir su verdadera personalidad. Ambos se enfrentan en situaciones difíciles y consiguen superarlas.

Si la novela fuera un animal sería una cigüeña, porque el protagonista, Frankie es miedoso pero muy leal como las cigüeñas. Además las cigüeñas son muy poco comunes, es decir hay muy pocas en el mundo y eso es común en Frankie. Él es un chico poco común en la sociedad en la que se encuentra.

Si la novela fuera una canción sería “Friends will be friends” de Queen. Porque es una canción que explica que ante todos los obstáculos que pone la vida, si tienes amigos a tu lado que te ayuden lo puedes solucionar todo. En la novela ocurre lo que transmite la canción por eso creo que es la más adecuada para representar el libro si fuera una canción.

Si la novela fuera un objeto sería un diario secreto. Porque todo lo que le ocurre a Frankie se lo reserva en el interior y no lo cuenta a nadie excepto a su madre. Frankie sería como un diario secreto y todas sus aventuras que giran a su alrededor formarían parte del diario. Como Frankie es el protagonista y todo ocurre cerca de él, creo que el objeto que representaría a la novela sería el diario secreto.

Si la novela fuera un color sería el azul claro, porque el color azul representa frescura, frio, confianza, amistad. Todos esos conceptos aparecen en la novela, por eso creo que el azul la representaría perfectamente.

Si la novela fuera un sentimiento sería la melancolía porque todos los personajes de la novela en algún momento u otro se encuentran con él. Sobre todo Frankie al final de la novela con la despedida de Sydney. Este sentimiento también se encuentra mucho en la madre de Frankie a lo largo de la novela. Por eso creo que este sentimiento representaría muy bien al libro.

DIEZ AÑOS DESPUÉS

Frankie sigue siendo el mismo niño que cuando tenía trece años. Bueno el mismo no, porque ahora tiene barba, viste como un hombre y trabaja pero por lo general sigue siendo el mismo. Cuando Frankie  acabó el instituto se fue a  estudiar periodismo. Descubrió que le gustaba escribir y hacer de reportero. Además tenía una ventaja, Louie vivía en California un estado que tiene buenas universidades por lo tanto, Frankie decidió ir a estudiar a allí.

En cambio Sydney había cambiado mucho estos diez años. Al cumplir los dieciocho decidió estudiar medicina en una universidad de Sídney. La universidad a la que asistía no era muy buena pero ella se conformaba con sacarse una carrera. A lo largo de su carrera Sydney dejó atrás las rastras y pearcings y se transformó en una chica muy femenina.

Los alumnos de la universidad de Frankie hicieron una cena en un karaoke de Sídeny porque viajaron de excursión de fin de curso. Quedaron para cenar y en los postres empezaron a cantar. Toda la gente cantaba muy mal menos un par de chicas que hacían el primer año de carrera. Cuando Frankie se cansó salió a tomar el aire con un amigo de curso. Allí vio pasar a una chica de cara conocida. ¡Era Sydney! Frankie empezó a llamarla. Ella al oír su nombre se giró rápidamente y vio quien era. Pasaron el resto de la noche juntos.

A los dos les gusto haberse visto y recordar su infancia pero ambos tenían una vida hecha y no la podían modificar. Sydney estaba comprometida con un chico que conoció en la universidad. Llevan saliendo dos años y al acabar la carrera se iban a casar. Frankie había conocido una chica en su trabajo y estaban saliendo hacia un par de meses.

Tanto Sydney como Frankie decidieron que una vez al año se habían de encontrar porque su amistad no se podía perder. El próximo año sería Sydney quien viajaría a California para encontrarse.

ROMANCE

Soy una ave, que quiere despegar
Pero los problemas me atan al mar.

Mi madre no sale hace nueve años
Mi hermano en casa no está
Mi hermana, bohemia es y problemas da.
 
Los problemas me encuentran
 y mi madre se  los lleva,
Con la pregunta de las diez de la noche
Duermo tranquilo en la oscuridad.

Una dama en un cuadro,
en el cuarto está
cada noche un enigma es
hasta que Aurora será.

Amigos de infancia tengo,
Gibs y sus soldados
Y íntimos como Sydney.
Todos juntos somos más
Hasta que ella se va.

Soy un ave que quiere volar
Pero los problemas me atan al mar.

FINAL MÚLTIPLE

1) Sydeny llegó por la noche a la supuesta ciudad donde tendría que vivir los siguientes meses. Su madre había alquilado un piso en el centro de Sídney. A las nueve de la noche Frankie estaba tumbado pensando en el día tan triste que había tenido porque no había estado con Sydney. Entonces un ruido muy extraño que provenía de la cocina empezó a inundar la casa. 

          - ¡Frankie es para ti!- chilló su madre.
     Era una llamada de su apuesta chica. Le explicó todo lo que había hecho en su viaje. Pero claro no pudo disfrutar bien porque tenía que cuidar de sus hermanas pequeñas. Su madre había estado todo el viaje hablando por teléfono con su nuevo novio.

      Frankie pasó tres meses que vivía en un pozo sin fondo. Todo era negro necesitaba a Sydney. Hace ya tres semanas que no va a la habitación de su madre para hablar, ni formular la pregunta tan esperada de todo el día.

      Entonces un lunes, Frankie decidió enfrontarse a la situación.
            - Mama, tengo que viajar a Sídney para ver a Sydney. Necesito verla. Por favor tengo que             ir. Si no me das tu permiso iré yo solo y no habrá manera de encontrarme.
           -Frankie, ya sabes lo que pienso pero si es tu decisión y vuelves de aquí a unos días, tienes          mi permiso para irte.
             -   Mama, muchas gracias. ¡Te quiero!

      Frankie cogió su bolsa que tenía preparada al lado de la escalera y no dudó ni un segundo en salir por la puerta. Al llegar a Sídney le dio una sorpresa a la chica. Pasaron cinco días inseparables y el día en que Frankie volvió fijó una fecha para volver a verse. 

    Con este sistema Frankie nunca volvió a estar tan deprimido porque siempre tenía la        esperanza de volver a verla.


      2) Frankie había pasado todo el día entretenido para no recordar que la chica que le gustaba se había ido. Todo el día había estado con Guibs jugando al Críquet, sino en clase y sino haciendo deberes. Ese día tuvo que entregar el trabajo que hizo con Sydney. Fue el único momento que recordó el vacio que sentía. Hasta que se acostó en la cama y sintió que las cosas habían cambiado. Su madre por fin había salido a la calle por primera vez después de nueve años encerrada en casa. Las tías ya no vendrían más porque se habían mudado a San Francisco por motivo de desahucio. Y por ultimo Sydney se había ido. Era un cambio que le  asustaba a Frankie pero poco a poco venció el miedo.
      Al cabo de unos años Frankie ya era casi un hombre. Le faltaba una semana para cumplir los dieciocho. A su madre se le ocurrió celebrar una fiesta sorpresa y así lo hizo.
     Al salir del instituto Guigs le dijo que tenía mucha hambre y podrían ir a tomar alguna cosa al bar del lado de la tienda de su padre. Entonces se dirigieron hacía allí. Al entrar por la puerta se encontró con  mucha gente que se habían distanciado de él a medida que pasaron los años.

   En la fiesta se encontró con sus primos de Méjico, con Louie y su mujer que estaba embarazada hacía unos meses, con Gordana que se había mudado hacía un año a California. También se encontró con las tías, esas mujeres que lo criaron y no las veía desde hacía más de tres años. La persona que no esperaba y que le hizo saltar la lágrima fue su esperada amiga Sydney. Se abrazaron durante cinco minutos y estuvieron en toda la fiesta inseparables. 

    Sydney se quedó una semana en casa y entonces cuando se fueron a despedir, se dieron cuenta que no podían vivir el uno sin el otro. Frankie decidió dar el paso y le pidió que no se separasen más y se quedara a vivir allí. Sydney acepto y pasaron el último año de instituto viviendo juntos. El amor que iniciaron desde pequeños se había mantenido hasta el momento.







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lunes, 7 de abril de 2014

FRANKIE EN UN MUNDO NUEVO

No sé donde estoy, solo recuerdo que estaba en el autobús de camino a la escuela y de repente me ha absorbido un túnel mágico. Me he despertado en una ciudad llena de coches y gente que tiene prisa. Me duele la cabeza de tanto ruido y la nariz la tengo tapada de tanta contaminación en el ambiente. Todo está sucio.

¡Anda! Ahí hay un cartel, a ver si me oriento. Barcelona, estoy en Barcelona. ¿Dónde estaba Barcelona? ¡Ah! Sí en España, Cataluña. No sé qué hacer: estoy solo, tengo miedo, hambre y frío. ¿Y si ando un rato y busco un lugar donde dormir y poder descansar un rato? ¡Venga va!

¡Ay! Como duele. No puedo llorar, ¡Frankie no llores! Me duelen mucho las manos y las rodillas. ¿Cómo podía haber un hoyo lleno de cristales en medio de la calle? ¡Estoy sangrando! ¿Habrá algún hospital por aquí cerca? ¿Y si me tiro al suelo para que alguien me ayude? Nadie vine, tengo sueño. Frankie duerme, tranquilo, duerme.

¡Ostras! ¡Qué susto! Este hombre tan grande me ha asustado. Estoy en un hospital y el médico es muy amable. Me han traído la comida pero está muy lejos y me duelen las piernas. ¿Cuántas horas he dormido?

¿Han llamado a mi madre? Pero que digo, si mi madre nunca saldría de casa y además estoy en otro mundo, y solo. Quiero volver a casa no sirvo para esto. Toda la habitación hele a la comida de mi plato. ¿Y si me arrastro hasta la mesilla? ¡Ay! El suelo está helado, creo que esto no va a funcionar. Necesito volver a casa, a mi mundo, esto es horrible no quiero estar lejos de mi familia.

¡Ala! Una luz blanca. Puede que eso sea el túnel de vuelta a casa. Vale la pena intentarlo, no pierdo nada.

lunes, 3 de marzo de 2014

Monólogo Interior

No quiero comer, no quiero hablar, no quiero levantarme de la cama. Ya llevo una semana de vacaciones y no quiero hacer nada. Tengo sueño y no puedo dormir, todo son listas en mi cabeza, pensamientos, las palabras de Sydney en mi cabeza que se repiten cada minuto. ¿Por qué se tiene que ir?  ¿Por qué su madre tiene que fastidiarlo todo?

Son las cinco de la madrugada y no he cogido el sueño des de las dos. ¿Por qué me pasa esto? Mama me ha traído sopa de pollo antes de acostarse y no he probado bocado. No he hablado con ella des de hace tres días, tres noches sin ir a su cama, sin pasar por el pasillo oscuro que lleva a su habitación. Echo de menos la pregunta de las diez de la noche pero no tengo fuerzas para salir de la cama.

Esta mañana cuando me he visto en el espejo he visto mi rostro apagado y pálido. Tenía unas ojeras que me ocupaban casi toda la cara. Mis labios estaban cortados y no tenía más lágrimas que dejar correr cara abajo. Mirándome en el espejo he recordado el día en que todo esto empezó.

Ese día yo y Sydney tuvimos tres discusiones. ¿Por qué discutimos? Yo estaba insoportable no aguantaba nada de lo que hacía. Yo no quiero ser como mi madre, no quiero tener un final triste como los que le gustan a mama. Tengo que buscar una solución y poner fin a esto. Tengo que hablarlo con alguien pero no quiero que sea mama, ni el tío George, ni Gordana, ni Louie. ¡Alma! Tengo que hablar con Alma, ella seguro que me ayudará. Mañana me levantaré temprano e iré a casa de las tías.


Ahora tengo que dormirme sino no podre ir a casa de las tías. Voy a contar ovejas. Una ovejita, dos ovejitas, tres ovejitas, cuatro ovejitas…


sábado, 22 de febrero de 2014

CRUCE DE HISTORIAS

Frankie agotado del largo día que había pasado se sentó en el sofá y encendió la televisión. Era uno de esos días que hacían películas infantiles, para los niños y los adultos que en ese instante recuerdan su infancia. En uno de esos canales hacían la película de la Cenicienta y Frankie se decidió a verla. Del cansancio se quedó dormido.
Empezó a soñar y de repente se encontraba en un palacio enorme. Él estaba echado en una cama que ocupaba más de media habitación, todo y que era enorme. Mientras miraba asombrado la alcoba oyó como una voz aguda nombraba su nombre y al darse cuenta la mujer ya había entrado la sala. La señora era su madre, le pedía que se diera prisa porque tenían que prepara el banquete de esa noche.

Todo el día estuvo adaptándose a ese castillo, criados y a su nueva madre. Descubrió que se había convertido en príncipe.

En el banquete tuvo que saludar a un montón de bellas damas, que intentaban impresionarle, porqué buscaba una chica hermosa con quien poderse casar. Al cabo de unas horas apareció una chica con un vestido azul que deslumbraba por todo el palacio. Él fue directamente a saludarla, ella se presento como Cenicienta. Pasaron toda la noche bailando hasta que decidieron salir a tomar el aire en el patio inmenso del palacio. Hablaron hasta que las campanas de la iglesia tocaron las doce de la noche.

Cenicienta salió corriendo del palacio y se le cayó el zapato de cristal que llevaba en el pie derecho. Frankie se guardó el zapato para que el día siguiente se lo pudiera dar. Pasaron unos días y Frankie ya había buscado en todas las casas del pueblo. Hasta que encontró una aislada, al lado del riachuelo del pueblo. En esa casa encontró una chica con el pelo lleno de rastras llamada Sídney. Como no le quedaba más esperanza le probó el zapato y vio que era su numeró. Al cabo de unos meses se casaron y celebraron una gran fiesta en el palacio.

De repente Frankie se despertó en el sofá y la película ya había terminado pero pensó que su cuento había sido más maravilloso.


YO, AUTOR

Nací en Chirsturch (Nueva Zelanda) pero ahora vivo en Willington, me establecí como poeta y escritora (como Kate Flannery) antes de ganar el premio por mi primera novela de adultos, El Santuario. También comentaba libros para niños en la radio, entre muchas actividades más que realicé. Mi ficción corta era antológica en muchas colecciones para niños, adolecentes y adultos.

Mis logros en las últimas dos décadas han significado mucho en el crecimiento de la editorial infantil en Nueva Zelanda. El señor Libby Limbrick me dijo: “Tu versatilidad, creatividad que usas para el lenguaje y la reputación como una buena oradora, te has ganado un sitio especial entre los escritores de Nueva Zelanda.”

 La novela que escribí en 2008, La pregunta de las diez de la noche, se consideró como un fenómeno para la editorial y está en los clásicos de la literatura de Nueva Zelanda. Gané el premio al mejor libro infantil de Nueva Zelanda aquel año, también popular entre los adolescentes y adultos. Fue de lo más destacado en los mejores libros por muchos meses. 

Los libros que he escrito a lo largo de estos años han sido: El Santuario (1996), Querido, Charlie Mike (1997), Cerrado, forastero (1999), Clubes: una historia de Lolly Leopold (2004), Tío Jack (2005), Billy: una historia de Lolly Leopold (2006), Embaucadores, prestidigitadores, arlequines (2006), La pregunta de las diez de la noche (2008) y mi última novela La ACB con Honora Lee (2012). Ahora enseño escritura creativa en las escuelas de todo el país para poder organizar festivales y eventos literarios.

domingo, 9 de febrero de 2014

Contraportada

LA PREGUNTA DE LAS DIEZ DE LA NOCHE

Aylin Morales es una niña de doce años que vive en una vieja casa de pueblo abandonada entre las montañas. Aylin es huérfana desde los siete años y sabe cuidarse de sí sola. A lo largo de esos cinco años que lleva sola Aylin se ha dado cuenta que cada noche había cambios: en los bosques, su casa y en todo su alrededor. Carmina era una vieja anciana que vive cerca de Aylin,ella era quien le hacia la vida imposible, y quería que Aylin se fuera de esas tierras. Hasta que un día se conocen se hacen amigas y empiezan a vivir juntas, para hacerse compañía mutua. Cada noche antes de que se apague la luz Carmina hace la pregunta del día a Aylin.

“Es un libro lleno de amistad entre las dos chicas, de conocimiento entre las dos, de cultura y mucha amistad”. Jonathan Gracía, Psicólogo infantil.


Las emocionantes cosas que le ocurren a Aylin creadas por Carmina son muy divertidas. Después de su larga amistad comparten ideas y la maravillosa pregunta de las diez de la noche. ¿Cómo puede crearse esa buena amistad? ¿O es amor de madre?...” Cyndi López, De La Vanguardia.

                                                                                                            Portada Libro

viernes, 7 de febrero de 2014

EL COMIENZO DE LA IMAGINACIÓN

EL COMIENZO DE LA IMAGINACIÓN

El 14 de febrero empezó mal para Frankie Parsons. No había leche para los cereales, por lo tanto Frankie haría que su hermano pequeño, Carlos, se enfadase y cogiese uno de esos berrinches que duraba toda la mañana. Tras pasar 5 minutos después de empezar el berrinche, Frankie se encerró en su cuarto para poder organizarse, porque ese mismo día su clase se iba de campamento al Lago Parkinson. Entró en la habitación enseguida miró su nórdico azul con pulpos de color verde pistacho que cubrió toda la cama. Frankie hizo la cama y acabó de poner todas sus pertinencias en la bolsa de viaje. Cuando fue a la busqueda de su madre para ir hacía la escuela, se dio cuenta que su hermano aún estaba en la cocina llorando por la leche. Por lo tanto, Frankie supuso que ese día tendría que ir andando a la escuela.

Al salir de casa notó que el tiempo no daban señales de un buen tiempo para ir de campamento; pero él, todo feliz, emprendió su camino hacía la escuela.

Cuando llegaron a la habitación de la casa donde se alojaban, Frankie estaba enfadado: tenía que compartir cuarto con tres chicos que no soportaba. Eran ese tipo de niño que se cree muy divertido y popular, que se creen mejores que nadie. Después de comer todos hicieron una gimcama muy divertida pero Frankie tenía problemas de rodillas y no podía correr, entonces tuvo que ver como sus compañeros se divertían y él sentado en un triste banco blanco en medio de la nada. Cuando acabaron la gimcama los alumnos se fueron al pueblo que había al lado del campamento para ir de compras, pero otra vez, Frankie se tuvo que quedar en el campamento porque a su grupo le tocaba turno de cocina para cenar.

Al acabar el día Frankie comprendió que ese día no era el mejor del mundo pero seguro que el 15 de febrero no podía ser tan mal que aquel.